En Nerea creemos que conocimiento es poder. Y hoy en día, saber exactamente qué te estás aplicando sobre tu piel es esencial.
Aunque los envases muchas veces prometen maravillas, la verdad sobre un producto se encuentra en su lista de ingredientes, también conocida como INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredients).
Aprender a leer estas etiquetas no solo te empodera como consumidor, sino que también protege tu salud y la del planeta.
Para empezar, es fundamental mirar el orden en el que están los ingredientes, ya que se listan de mayor a menor concentración. Los primeros cinco suelen ser los más abundantes y determinan gran parte del efecto del producto. Si un ingrediente activo que promete resultados aparece al final de la lista, probablemente esté presente en una dosis mínima, solo para fines de marketing.
En cuanto a los ingredientes que conviene evitar, algunos de los con mayor evidencia científica sobre su potencial tóxico o disruptor hormonal son los parabenos (como methylparaben, propylparaben), ftalatos (usualmente escondidos bajo el término “fragancia” o “parfum”), sulfatos (como sodium lauryl sulfate o SLS), y formaldehído o sus liberadores (como DMDM hydantoin). También hay que tener precaución con los aceites minerales derivados del petróleo como paraffinum liquidum y con algunos conservantes como el triclosán.
Otro punto clave es identificar ingredientes naturales o botánicos con nombres científicos. Por ejemplo, Aloe Barbadensis Leaf Juice es extracto de aloe vera. Familiarizarte con este tipo de nombres te ayudará a distinguir lo natural de lo sintético, y a comprender si el producto está alineado con tus valores de bienestar y sostenibilidad.
Aunque leer la lista de ingredientes puede parecer abrumador al principio, existen aplicaciones (como Think Dirty o Yuka) y sitios web que permiten escanear etiquetas y obtener un análisis del producto. Sin embargo, nada reemplaza el conocimiento propio. Tomarte el tiempo para investigar y elegir conscientemente es una forma poderosa de autocuidado.
Tip: Si no reconoces un ingrediente, y te intriga lo que verdaderamente es, te recomendamos googliarlo... lo encontrarás en segundos.
Adoptar una mirada crítica hacia lo que usamos en nuestra piel es parte de una vida más consciente y saludable. Leer etiquetas no es solo un hábito de consumo inteligente, sino una forma de reconectar con lo que realmente necesita tu piel y evitar sustancias que ponen en riesgo tu salud integral.
¡Tu piel y tu cuerpo lo agradecerán!
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